Ay, el Ikea, ay. Es una de
mis tiendas favoritas, o quizás mi favorita, no sé si alguna otra tienda la
podrá superar. Es genial, lo mires por donde lo mires. Voy tanto que podría
considerarla como mi cuarta casa (sí, cuarta, porque antes que el Ikea tengo
otros tres lugares en los que me paso más tiempo aún).
Lo que más me gusta es que
cada día que voy me sorprende con algo nuevo. Ya sean productos nuevos,
“escenarios” nuevos, diseños nuevos o lo que sea, pero siempre hay algo. Además
las secciones de cajas (obviamente, amo las cajas), papelería, juguetes, velas
y plantas son sublimes. Creo que cada vez que voy cae algo jiji.
Pero bueno, que no es plan
de que me estire demasiado idolatrándolo porque no me pagan por hacerles
publicidad, así que a lo que iba… El otro día Danbo pasó su primera tarde en el
Ikea. Sí señores, y me acompañó mientras me comía un gofre bien rico.
La verdad es que como fue
una tarde bastante intensa, le dejé que jugara a esconderse por las plantas artificiales (para que desconectara y eso). Los clientes le miraban un poco raro, pero él era feliz.
Otro día que vuelva ya
le sacaré fotos con algún producto (para que os hagáis fans del Ikea), pero esta vez íbamos más o menos con prisa y no pudo ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario